Adiós, mi Lunita :(
Sábado 22 - Está en mi memoria, ha estado presente, en mi mente, desde la mañana, o desde la noche anterior, donde se extrañaba su calorcito... su olor, cuando la abrazaba, la apretaba, aunque regañara. En la hora de almuerzo, cuando ya no hay nadie bajo la mesa, esperando que caiga algo de lo que comemos... a veces me parece sentir sus patitas caminando por el pasillo, pero no, ya no está. La extraño, echo de menos su hermosa carita, sus ojitos brillosos... pero la tristeza de su pérdida me ha llegado con extrema calma, y me molesta. Quisiera parecerme un poco a mi mamá, quien no teme gritar sus emociones, quisiera que me brotara el llanto, así como me suele brotar la carcajada... pero no puedo, no sale y eso me da miedo. Tengo miedo de que tantos años reprimiendo mis sentimientos, tal vez por dar espacio a quienes simplemente son incapaces de minimizarlos, me haya vuelto una persona fría, insensible. Eso es lo que mi mamá piensa (de mí y mi papá) y en verdad me duele mucho. Mientras íbamos en la micro, camino a la Iglesia (para oír la misa), me sentí triste, pero fue en el momento de sentarme en uno de los banquillos de la parroquia, en que pude llorar... y me sentí aliviada, me sentí bien: triste, pero viva. Me alivió el redescrubrir que no soy de piedra, que podía sentir... No sé por qué tengo tanto miedo a perder mi esencia, a deshumanizarme, a volverme de roca y hierro. Quiero imaginar que se encuentra trotando en un jardín de nubes... y que agita su colita, mientras va cortando las flores nuevas, y de vez en cuando, es sorpendida con una flor en el hocico, pero ya no se tira al suelo con las patitas hacia arriba, pidiendo perdón, pues sabe que ha hecho algo malo, porque ya no la retan; Dios le sonríe y ella sigue trotando... feliz. Adiós, mi Lunita.