La eternidad de lo infinito

Vengo llegando de la casa de mi abuela. Y cada vez que voy para allá logro encontrar esos preciosos momentos de calma y relajo que me invitan a tomar uno de los viejos libros de la biblioteca e instalarme leer.
En esta ocasión encontré un libro de ensayos de la generación del 98. Rápidamente comencé a recordar las clases de Lenguaje en el colegio, que hablaban del significado y el estilo de esa generación de escritores y recordé también una de las obras lierarias que, a mi parecer, es una obra maestra. Estoy hablando de "Niebla", de Miguel de Unamuno. Recuerdo con alegría como me fascinó leerlo, cómo me encantaba la forma en que estaba escrito y cómo me sentía identificada en la forma de sentir y pensar de su autor.
Nunca más volví a leer algo de Unamuno y ahora parecía la oportunidad perfecta de continuar. Leí sólo algunos ensayos, y he querido tomar algunos de los fragmentos que más me gustaron, para publicarlos acá:


"Así como si al pasar por un punto, en el infinito de las tinieblas, se encendiera y brillara por un momento todo lo que por allí pasase, así brilla un momento en nuestra conciencia del presente, cuando desfila de lo insondable del porvenir a lo insondable del pasado. No hay visión ni cosa ni momento de ello que no descienda a las honduras eternas de donde salió y allí quede. Sueño es este súbito y momentáneo encendimiento de la sustancia tenebrosa, sueño es la vida y apagado el pasajero fulgor desciende su reflejo a las honduras de las tinieblas y alli queda y persiste hasta que una suprema sacudida lo reenciende para siempre un día.
(...)
Muerte y vida son mezquinos términos de que nos valemos en esta prisión del tiempo y el espacio; tienen ambas una raíz común y la raigambre de esta raíz arraiga en la eternidad de lo infinito: en Dios, conciencia del Universo."