Recuerdos


Hoy mientras iba sentada en la micro, camino a mi casa, me puse a pensar en lo rápido que se ha pasado el tiempo. Es cierto, siempre tengo la sensación de que el tiempo se me escapa, pero ahora me parece increíble lo rápido que pasaron cuatro años de carrera, cuatro años de vida universitaria...
Los doce años del colegio ahora me parece que se fueron como en un suspiro, estos años de universidad ya se están yendo junto con los otros y luego ¿que? se irán así de rápido los años de ¿trabajo?
Me parece espantoso y extraño... porque no entiendo cómo no aguanto a que llegue pronto el 16 de marzo porque dan un capítulo estreno de una serie, sin embargo me desespera la idea de saber que la vida, se va volando. Si así de rápido se nos pasa el tiempo y en cuestión de segundos el mañana se transforma en ayer, no es raro que nos aferremos tanto a los recuerdos

Y bueno entre tanto pensamiento "trágico" me acordé de algunas asociaciones que mi mente ha ido construyendo con el correr de los años entre sonidos, aromas y recuerdos:

Por ejemplo, cada vez que suena alguna canción del grupo Mecano, es como si retrocediese e n el tiempo y me trasladara a la época donde mi abuela tenía una parcela. Yo y mi mamá solíamos visitarla bastante seguido junto con mi tía y p rimos y en el auto en que viajábamos siempre sonaba el casette de Mecano, tanto en la ida como en el regreso. En ese tiempo la familia estaba unida, yo era chica, todo era nuevo, y no cambiaba por nada del mundo cuando de vuelta a casa muyyy tarde me iba sentada en el asiento de atrás mirando las estrellas, escuchando a Mecano, soñando despierta.

El olor a rosas, a flores en general siempre me recuerdan al mes de María en el colegio. Me encantaba ir al mes de María, llevarle flores a la Virgen... quizás porque nunca me sentí muy cercana a ella, sentía que esa era la oportunidad que tenía para fortalezar esa comunicación. Hoy me impresiona darme cuenta como cuando voy un domingo del mes de María, puedo recitar las oraciones de inicio y despedida, esas oraciones larguísimas que cuando las leía en el colegio pensaba jamás aprendería (ahí uno se da cuenta que cuando repite las coas por años, de alguna forma tienen que meterse en la cabeza).

Y bueno así hay un montón de olores y canciones que me traen recuerdos, me pregunto cuales asociaré más tarde a esta parte de mi vida.


Hace días que tenía muchas ganas de escribir, pero para hacerlo tenía que ordenar las ideas en mi cabeza (de otra forma hubiese tenido que escribir en corriente de la conciencia y hubiese resultado difícil de leer y entender). Y lo cierto es que me tomó unos tres días ordenar las ideas de mi cabeza… tres días para filtrar sucesos, aclarar pensamientos, posponer otros y desprenderse de problemas. Ahora que tengo las ideas claras puedo comenzar y quiero hacerlo escribiendo un fragmento de algo que escribí hace tiempo y que acabo de encontrar en unos papeles de mi escritorio:

“Traté de dejar esto, pero me veo nuevamente en esa urgente necesidad de dejar un testimonio de lo va siendo mi vida, de lo que creo voy construyendo día a día.
Es extraño, pero a veces creo que si no relato en estas páginas todo lo que me acontece, lo que experimento, siento y pienso, todas esas cosas dejan de existir… nunca sucedieron… De alguna forma me veo obligada a plasmar mi cotidianidad de modo que ésta deje una huella, una que pueda seguir y me lleve a momentos más felices o a momentos más tristes. Primero pienso, luego escribo, luego existo.

Siempre he pensado que la escritura es para mí la mejor forma de comunicarse, porque me permite expresar mis ideas de una manera mucho más ordenada y fluida de lo que alguna vez podría hacerlo en forma oral. Si no me gusta una palabra la cambio, si no me gusta una frase la borro, si no me gusta lo que he escrito simplemente lo elimino y parto de cero. Cuando uno habla no puede hacer lo mismo…”